La Junta de Hermandades de Semana Santa de la Diócesis de Valencia es una asociación de carácter público, erigida canónicamente, con personalidad jurídica propia y cuyo ámbito territorial de actuación se circunscribe a la Diócesis de Valencia. Dispone de Código de Identificación Fiscal.
En la actualidad engloba a 41 poblaciones (anexo I), representadas por sus respectivas Juntas Locales, pues incluso cuando hay una Cofradía única en una localidad se reconoce a la misma como Junta Local.
Las 31 ciudades y pueblos integradas en la Junta Diocesana reunían en total, según los datos de 1995, a 199 Hermandades y Cofradías de Semana Santa, con sus 260 Pasos y 56.160 cofrades. De las 200 Cofradías que situaba en la Provincia de Valencia don Rafael Benito en su estudio inicial, expuesto en el XI Encuentro Nacional celebrado en Zaragoza, aún reconociendo que los datos eran incompletos, situaba a esta Provincia en tercer lugar por número de Cofradías, tras las de Alicante y Murcia. Téngase por tanto en cuenta la importancia del conjunto integrado en la Junta Diocesana, a pesar de encontrarse dicho estudio en revisión.
La constitución de la Junta data de 1976, denominándose entonces Provincial, y posteriormente tendría lugar la erección canónica, el 7 de diciembre de 1979, de la Junta de Hermandades de Semana Santa de la Provincia de Valencia, nominación mantenida hasta la adaptación de los Estatutos aprobada en fecha 7 de julio de 1995, redenominándose como Junta Diocesana. Constituye una iniciativa pionera en España, pues no se ha dado ninguna experiencia similar con anterioridad a la fecha a la que nos referimos.
El funcionamiento de la Junta Diocesana sigue un modelo federativo que se estructura en torno a sendos órganos: la Asamblea General y la Junta Directiva. En ambos casos están representadas todas las poblaciones integradas, si bien en la Asamblea por tres representantes, en tanto a la Junta Directiva aportan un Vocal cada una. Por otra parte también se eligen tres cargos unipersonales, esto es, Presidente, Secretario y Tesorero.
Para regular dicho funcionamiento la Junta Diocesana revisó en 1995 sus Estatutos, y se dotó de un completo Reglamento de Régimen Interior, así como de sendos Reglamentos de Distinciones, y de Organización y Protocolo.
En lo que se refiere a la financiación de la Junta Diocesana, cada Junta Local miembro aporta una cuota anual simbólica, que permite la subsistencia cubriendo apenas los gastos comunes de convocatorias, correspondencia y demás, lo que es debido a no haber encontrado todavía un cauce adecuado, esencialmente porque cada Junta Local ya cubre más bien de forma ajustada sus propios presupuestos. Las ambiciones de la actual Junta Directiva son permitir una mayor autosuficiencia económica, que permita emprender diversas iniciativas planteadas con anterioridad, y que en la actualidad no pueden llevarse a cabo salvo contando con puntuales subvenciones de entidades públicas, como en el caso de la edición de una publicación en 1995 sufragada por la Excma. Diputación de Valencia (anexo II).
La Junta Diocesana se propone fomentar en sus miembros un mayor compromiso apostólico en la Iglesia; la práctica de la caridad cristiana; el culto público en las celebraciones de Semana Santa; el conocimiento de la fe y costumbres según el Magisterio de al Iglesia; la dignidad de las celebraciones litúrgicas; una nueva evangelización, verdadera introducción a la vida cristiana y a la educación en la fe; el sentido religioso, catequético y apostólico de las celebraciones de la Semana Santa; el culto público a la Pasión del Señor, procesionando sus imágenes y siendo una llamada continua a la conversión; los valores cristianos, humanos, culturales y artísticos de sus miembros; el espíritu fraternal en todos sus miembros; y coordinar las funciones generales y colectivas de las entidades que la constituyen.
Pero uno de los principales objetivos de la Junta Diocesana, ya desde su misma constitución, consiste en lograr la integración de nuevas poblaciones en las que se celebre la Semana Santa, y este proceso se materializa en ofrecer a éstas todas las facilidades para que entren en contacto con la Junta y así conocerla, y para ello se remiten cartas a las Juntas Locales, se invita a sus Directivos a asistir a reuniones, se les visita en sus propias localidades siempre que se plantea cualquier duda o explicación, etcétera. Entre los más recientes casos de toma de contacto pueden citarse los de Pego, Ondara o la misma ciudad de València, en este último caso sin que se hayan concretado los contactos en su ingreso efectivo, a pesar de que las últimas Juntas Directivas que han resultado elegidas en la misma se han manifestado reiteradamente favorables a la integración.
Para el cumplimiento de sus fines, la Junta Diocesana organiza las siguientes actividades: colaborar, potenciar y ayudar a que las procesiones se realicen con espíritu cristiano, respondiendo dentro de las posibilidades de la Junta Diocesana, a las demandas de cada Junta Local para el buen desarrollo de las actividades de la Semana Santa; impulsar el incremento a nivel de parroquias y arciprestazgos, de la vida religiosa de las entidades asociadas; la formación de la dimensión social de la conciencia cristiana con el fomento de la caridad propia de todo cristiano; cualquier otra que acuerde la Asamblea General y que esté de acuerdo con el espíritu de la Junta Diocesana. Pero las actividades principales, por su tradición y acogida generalizada, consisten en la Exposición y la Procesión Diocesanas, encuentros de carácter anual de motivos de Semana Santa, para promocionar el culto a las imágenes sacras, como expresión plástica de catequesis popular y con el fin de contemplar y dar culto público a la Pasión del Señor como llamada continua a la conversión. Dado el amplio ámbito territorial de la Junta, se estableció desde sus comienzos el carácter itinerante por anualidades de su Sede.
Por otra parte, la Junta Diocesana ha asistido a los Encuentros Nacionales desde 1994 en Bilbao, 1995 Gandia, 1996 Santander, 1997 Alicante, 1998 Zaragoza, 1999 Jumilla y el actual 2000 en Valencia; también a Congresos, el Nacional de León en 1992, y el Internacional de Sevilla en 1999. Además, en 1995 y 2000 el Encuentro estuvo organizado en las ciudades de Gandia y València, respectivamente, ambas en el ámbito de esta Junta Diocesana. Pero dichas representaciones de la Junta Diocesana han consistido en una presencia testimonial, aunque regular, con la asistencia de algún cargo directivo de cada año sufragándose los gastos, limitación debida a la incapacidad de la Junta Diocesana para hacer frente al desembolso que conllevaría organizar una representación más numerosa, como correspondería a la importancia del colectivo representado.
Para concluir, desde esta Junta Diocesana nos ponemos a su disposición para facilitarles mayor información o ampliar cualquiera de los aspectos apuntados sucintamente en las presentes páginas, para solicitar lo cual pueden dirigirse a nuestro domicilio postal, que es donde radica el Archivo – Museo de la Junta.